lunes, 17 de noviembre de 2014

Confites de mora



Ayer en una actividad del trabajo me regalaron unos “popis”
Hoy en la mañana abrí uno y entonces al verlo su forma y su olor: vino el recuerdo.
Yo crecí en un Guadalupe donde había estanco del CNP, con almacén llamado  la Ballita  (me disculpan si escribo mal en nombre) antes de los Mas x Menos,  donde en las navidades se nos caían las babas en las ventanas de Chumpí, el medico era Don Hermógenes, y anduvo Filpo con su inseparable carretillo. Bailamos en Escala, y patinamos en el Skyland. Existía Karika (decir nos vemos en Karika era el sinónimo de las peleas del Napo) y como muchos de ustedes fumé en La Carreta.
Cerca de la Centeno Güell estaba el café Montero, su olor era inconfundible, era atendido por unas hermanas. Ahí vendían unos deliciosos confites de mora, (por eso al ver el popi los recordé) estos confites estabas exhibidos en unos grandes frascos de vidrio con tapa de metal y de rosca. En este café también vendían maní, yo solía sentarme en una banca de madera y sentía el vaho caliente de la tostadora. Así se me pasaba la vida.
Cuando había una peseta (veinticinco centavos de un colon) yo corría al café Montero, con esa peseta compraba dos confites de mora y una pequeña bolsita de maní americano recién tostado. Eses era uno de los tantos delicatesen de la pobreza.

Vos pelabas el maní y triturabas los confites para  mezclar todo apelmazado, una vez en  la boca ese era nuestro turrón de maní y confites de mora…me parece verte viejo…riendo con los dientes y la lengua teñida de morado…me parece verte.

domingo, 16 de noviembre de 2014

Lo blanco en lo blanco

Haz una llave, aunque sea pequeña,
y entra en la casa, como decir entra a tus ahnelos
Consiente en la dulzura, ten piedad de
la materia de los sueños y de las aves.

Invoca el fuego, la claridad, la música
no te olvides por favor de la lluvia
No digas piedra, di ventana.
No seas como la sombra.

Di hombre, di niño, di estrella.
Repite las sílabas
donde la luz es feliz y se demora,
vuelve a decir: hombre, mujer, niño.

Donde la belleza es más nueva.

no solo es nueva, es una oportunidad más.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Hasta el ser desde la nada, una situacion que nos ocurre a todos


Su capacidad de análisis se ve saturada según ella misma lo dice

Ella por las noches, después de su trabajo  ve fotos, pero no son fotos hechas por a ella.

Ella edita de fotos, tomadas por un fotógrafo que le dobla la edad, para un proyecto de exponer el año que viene.

El fotógrafo  dejó a medio terminar lo que él escribe, eso que escribe que siempre dejaba a medio terminar, y se fue hacia el del baño. Tiene unos kilos de más, siente sus ojos cansados, y su cabello ya mostraba algunas canas. Un cigarro detrás de otro.

Ella, ella. ¿Qué sentiría por él?

Ella tiene veintidós años y el cuarenta y cuatro. Su relación se basa en el ese modo de actuar tan ambiguo, pero tan antiguo, que oscila entre su relación de trabajo, el querer ser sólo amigos y el querer ser algo más.

¿Cómo le vería Ella? Como su padre, su hermano, su amante. Ó como nada

Ella, Ella ¿por qué esa necesidad de estar a su lado y querer huir a la vez? Descolgó el teléfono y marcó el número de ella...

-Hola, no sé lo que sentimos el uno por el otro pero necesito que me digas que no pasa nada por estar pensando en vos ahora, porque no sé si lo único que poseeré de ti será el imaginarte a mi lado... Siguieron hablando y hablando... en el ambiguo deseo que nace entre la juventud y la madurez.




miércoles, 12 de noviembre de 2014

Sombras




Después de varios años el hombre seguía buscando el amor por fuera de su irrealidad. No vivía, no corría, no dormía, no reía, no lloraba, no escuchaba....y casi....ni hablaba, solo observaba en su inquieta quietud, los ojos de todas las demás personas.
Su figura se fue deteriorando con los años, se fue transformando en una simple sombra...gris, oscura, áspera, pero fiel a su objetivo.
Cierto día ya casi en la vejez o en el final de su tiempo biológico, decidió volver a su hogar...la única imagen que aún quedaba en su mente; el camino, el bus, el vigilante, el almacene, el barrio...y una puerta.....una altura, una calle, su puerta...y una luz en la puerta. Volver a su casa, su cama, su habitación, su recuerdo, lugar donde sentía que deseaba vivir tal vez sus últimos suspiros.
Luego de viajar meses, semanas o talvez unos segundos, se plantó frente a la puerta tan deseada. Busco en el bolsillo la llave dorada del llavero olvidado, la colocó pacientemente, pero....la llave no abría. Ahí fue que se le ocurrió tocar el timbre e intentar que alguien le explicase cual era el inconveniente.
Al tercer timbrazo se abrió la puerta y una estela de luz con figura de cuasi humana, brillante, suave dulce, contenedora, atractiva, compresiva...se apareció frente a él.....
Sin titubear, esta figura lo reconoció al hombre y le dijo:
"Mis Fuerzas, mi paciencia y estas terribles ganas de saber que me buscabas afuera me han dejado así. En cambio tú hiciste oídos sordos....y escapaste ante la primera adversidad....ante el primer miedo.
Ya es tarde mi amor....ya es tarde, duérmete aquí....conmigo....es el final"

La claridad de Luz, hizo que la sombra de a poco comenzar a desvanecerse, entre lágrimas, sangre y recuerdos que regresaron entre un final.....que ni la misma muerte podía haber planificado...tan perfecto.

martes, 11 de noviembre de 2014

El gato de la buena suerte

Juan tenía cinco hijos: uno, dos, tres, cuatro, cinco, y la esposa y él, siete. Siete bocas que pedían comida todos los días.
Juan era inteligente, joven y trabajador: en las mañanas era barredor de calles y en las tardes vendedor de lotería; así ganaba platica honradamente y vivía tranquilo con su familia.
Los vecinos de la avenida lo respetaban por ser un gran barredor de calles: por donde pasaba el escobón y el carretillo de Juan no quedaba ni un papel, ni una colilla de cigarro.
Un día de tantos una señora le ofreció un gato viejo y le dijo que fuera a perderlo bien lejos, porque ya no servía ni para cazar ratones.
– Miau, miau, dijo el pobre gato y se subió al carretillo de la basura a buscar las boronitas de comida.
Juan, como era inteligente y de buen corazón, sintió pena por el gatito y se lo llevó para su casa sabiendo que a los niños les gustaría tener un hermano gato.
Así fue, lo echó dentro de un saco y, al llegar a casa dio la gran sorpresa a toda la familia que oía maullar al animalito.
Los niños presurosos corrieron a darle de comer y a calentarlo en un nido que prepararon en una caja de cartón detrás de la puerta.
– Ahora somos ocho, dijo la mamá contándolos a todos; uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete y ocho. Juguemos lotería en ocho, propuso la señora.
– Sí, sí, dijeron todos.

Juan compró dos pedacitos y se ganaron cien mil colones, se los dio a su esposa y todos se fueron a pasear a Puntarenas. Y el gato se quedó cuidando la casa, con el medio litro de leche y el atun azul -de los pequeñitos- que le comprarón.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Una dama


Cuando era niño el amor no era muy distinto a lo que es ahora. ser niño se limitaba a no ser grande y en mi caso a ser razonablemente feliz.
Estaba enamorado de mi mamá y mi amor tenía medida: la quería hasta el cielo. Alentado por esa primera experiencia  de amor correspondido decidí trasladar mi afecto a otras mujeres al alcance de mis posibilidades (mamá estaba casada, debo decirlo). Me enamoré (enamorarme era ya en mi la única vocación sólida) de otra pasión imposible.
Una vez más, la diferencia de edades significó un amargo traspié: ella era una mujer de cuarto grado y yo esta en el Kinder y solo tenía cinco (Siempre he sentido una debilidad por las mujeres mayores, siempre: debo confesarlo sin ambivalencias, sin tapujos, me gustan todas, me gustan todas, todas las mujeres, ojalá llegue rápido el 2025 y cuando lleguemos a Marte encontremos bellas exponentes de la belleza Marciana y así no solo me gusten todas las terricolas)
Pero volvamos, si las paredes de aquella aula del Kinder hablarán, darian cuenta de mi tímidez, de mi mudez, de mi vertigo, del escandalo de mi corazón cuando la bella ausente subía los escalones de la escuela y yo me tapaba el clamor de mi pecho con un cantimplora azul  de Topogiggio llena de leche pinito.
Entiendan por favor! No pude en semejantes condiciones intimar tanto como para averiguar su nombre Si bien entonces yo tenia cinco ella tendrá ahora cerca de los cincuenta.
Con el paso del tiempo, ya de mayor me enamore de nuevo. Cursaba el tercer grado y había adquirido el aplomo y madurez que solo dan los 9 años. Temeridad. Ella era la encarnación de la belleza, tan solo superada por su hermana que estaba en el colegio. La corteje. Le compre chicles, marcianitos, galletas milan, tapitas guayabitas. Terminé de copiarle de la pizarra sus textos inconclusos en su cuaderno, la niña Rosario nos regaño, la clase se burlo.
Como resulta evidente treinta años después un hombre aún corteja, regala flores, invita a cenar, y regala tapitas y milanes. Sigue siendo admisible.
Una tarde le lleve una muñeca de zapatitos rojos -era horrible- pero fue la única que le pude robar a mi prima. se la regale porque si, se la regale porque así se es de niño, y la excusa era muy buena y el amor se tenga la edad que se tenga en el amor todo se vale.
Se burlaron de ella con una crueldad sin traumas: la cubrí de ridículo. Ella suspiro desde el fondo mismo de la bondad y en vez de hundirme en el fondo de su desprecio dijo resignada: "Esta bién, muchas gracias". Quiero pensar que me dio un beso, pero no fue así..
Será por eso que no la olvido, ni mi amor sin recato, ni que a los nueve años bastan para ser una verdadera dama. Una dama, cosa que algunas mujeres de hoy en día lamentablemente no aprendieron.

Me pregunto si alguien la querrá hasta la extratosfera, o si recoge, como tantas los pedazos de un cielo reventado de desamor. Si la devoción que le profesé en silencio la protegió de todo mal, a mi entre tanto me protege aun de la nostalgia. A los 44 años las cosas no han cambiado mucho.

martes, 4 de noviembre de 2014

El señor de los hongos








Hace muchísimos años existía un anciano que vivía en el mismo valle desde hace una cantidad indeterminada de años. La gente del pueblo moría con el transcurso de los años y se preguntaba porque el viejillo seguía viviendo con la misma fuerza de una persona de 40 años. Un día un grupo de niños cuyas edades oscilaban entre 8 y 12 años decidieron averiguar el secreto de su longevidad. Prepararon sus aparejos y se enrumbaron en busca de la verdad, llegaron al valle justo antes que el sol se pusiera y desde un sitio estratégicamente ubicado seguían todos los movimientos del anciano que acariciaba sus gatos despreocupadamente, cerca de el, pudieron contar hasta 14 gatos que tomaban leche sin cesar. Antes de acostarse, el anciano se acerco hacia el frente de la casa, en donde tenia plantados una gran cantidad de hongos de color violeta con puntos naranjas, se agacho y recogió uno de ellos y mirando hacia donde estaban situados los niños que inmediatamente se escondieron seguros de que el anciano no los había distinguido suspiraron de alivio, el anciano levanto ambas manos y dirigiéndose a la luna exclamo una palabras en un idioma que no era conocido y lanzando un fuerte grito se introdujo el pequeño hongo a la boca y lo trago. Los chicos regresaron al pueblo con toda la prisa posible y a sus espaldas el grito del viejo retumbaba rebotando entre los cerros, cuando llegaron al pueblo, la población estaba reunida ya que los padres de los niños se habían alertado al no ubicarlos en el pueblo, se congregaron todos en la plaza mayo y jadiando uno de los chicos narro con toda prisa la experiencia vivida. Felices ellos al haber descubierto el elixir de la vida. El pueblo escucho atento el relato de los hongos mágicos y decidió enviar a los más valientes a arrebatar el cultivo del anciano. A la mañana siguiente, se realizo una fiesta en el pueblo y mandaron a dos emisarios con la finalidad de invitar al viejo. El viejo acepto la invitación ya que hacían muchas décadas que no tenia ninguna diversión aparte de cuidar a sus gatos. El viejo acudió al pueblo con su mejor traje, bailo, canto y encanto a toda la población, mientras que seis hombres saqueaban todo el cultivo de los hongos maravillosos. El anciano bebió y bebió hasta que cayo, al atardecer llegaron al pueblo los enviados con tres sacos cada uno repleto de los hongos mágicos. Nuevamente se reunió la población y uno por uno recibió dos hongos los cuales eran tragados en el acto. Con el alba, al canto del gallo el viejo despertó y al incorporarse vio con asombro cerca de un millar de gatos que lo rodeaban, el viejo sin inmutarse camino hacia su cabaña silbado una alegre melodía sabiendo que sus hongos no iban a estar plantados en la puerta de su casa. 

lunes, 3 de noviembre de 2014

Ahí estaban sus risas.

Cuando  nos sentimos atraídos por alguien  en nuestra juventud,   esto simboliza un momento de la vida donde nos sentíamos vivos y plenos de promesas.
Yo tenia quince años y estaba en noveno año. Ella venia de otro colegio y yo era su "Nemesis"  risueña, brillante, extrovertida, así es ella.  Y  yo rayaba en ser aburrido.
Bueno sí,  me "enamore" con la inocencia de los 15 años, y con la extraña consigna de que si ella a mi me gustaba, con toda seguridad yo le gustaría a ella. Y lo aposte todo.
Una tarde a finales de Noviembre, con un kilo de plastigel en el pelo y apestando a "Old Spice" decidí "a lo macho" ir a buscar a mi dama. No omitiré comentar que también había comprado un conejo de peluche. - 
Llegué a su casa. Su mamá me saludo y  con cara de -ah pecadito- me dijo:
Sí, ella esta...con su novio.
Trágame tierra. Yo lo tome de la mas tranquilo, solamente tenia ganas de matar al noviesucho omnipresente y desconocido.
No recuerdo que dije, solo recuerdo el regreso a casa con el regalo, y como nadie sabe para quien trabaja, ese conejo de peluche me sirvió meses después y con rotundo éxito.
Después de esa vez, no volví a verla o hablar con ella...hasta anoche.
Uno se vuelve un espectador pasivo de las personas que encuentra en facebook, hay que ser asertivo y caballero, en tiempos en que ser cortes se puede interpretar como "echar el ruco"
Anoche la salude y hable con ella. No sabia nada de la historia, Nos reímos. Casi fuimos de nuevos los amigos de la 9-2 alla por 1985. Me tomó 30 años contarle la historia. Ahí estaban otras vez sus risas, no las escuché pero se que ahí estaban.


domingo, 2 de noviembre de 2014

Aprender a hacer agua con azucar

Por las mas variadas razones, cada vez es mas común que los hombres por decisiones  propias a circunstanciales vivimos solos.
Irse a vivir solo puede ser depende del modo que lo veas una terrible cagada ó un premio a tu estilo de vida.
Una de las cosas que primero nos pasa por la mente es: "Mi casa, mis reglas" y esto incluye todas aquellas libertades sanas e insanas que podemos aprovechar. Pero eso es enano de otro cuento que veremos en otra entrada.
Personalmente una de las cosas que mas me ha costado en esta etapa es el tema de la comida. Ya que yo solía ser uno de esos desvalidos, parias, que nunca en mi puta vida me preocupe por aprender a hacer un vaso de agua con azúcar por mi mismo.
Y que paso? al momento de separarme empece a llevar palo, Claro,  ya no tenia aquellas cenas suculentas por la noche o aquellos almuerzos de envidia!

Se establece entonces que lo primero que un hombre separado debe aprender es a cocinar.

Podremos por un tiempo depender de las promociones de los palacios del colesterol, latas de atún y galletas de soda te recordaran los tiempos de explorador, pero por experiencia propia al abrir la octava lata de atún tan siquiera soportaras el olor.
Otra puede ser apelar a los sentimientos de misericordia de amigos o familiares, pero te darán uno o dos almuerzos pero al tercer día ya te estarán mentando a tu madrecita. - No es su obligación -
De manera que aprendes a cocinar, dejas la pereza a un lado ó deberás destinar una muy importante suma de tus ingresos para comer en la calle.
No importa si se te quema el agua, o no sabes como romper un huevo, -No todos los días vas a querer desayunar cereal- .
Y no es que de buenas a primeras intentaras hacer salsa bechamel. No se trata de eso. Busca ayuda - recientemente una buena amiga me dio consejos de por ejemplo tener arroz cocinado y listo para calentar al microondas. Ve al super y al mercado de tu ciudad, siempre habrá algo en oferta. Es mas; las mismas señoras que te venden te darán ideas de como cocinar. Buscar recetas sencillas en Internet, y veras que al final una mesa servida por uno, para uno solo no es tan malo.
Poco a poco de dejado de cenar pan cuadro con mantequilla de maní.