lunes, 3 de noviembre de 2014

Ahí estaban sus risas.

Cuando  nos sentimos atraídos por alguien  en nuestra juventud,   esto simboliza un momento de la vida donde nos sentíamos vivos y plenos de promesas.
Yo tenia quince años y estaba en noveno año. Ella venia de otro colegio y yo era su "Nemesis"  risueña, brillante, extrovertida, así es ella.  Y  yo rayaba en ser aburrido.
Bueno sí,  me "enamore" con la inocencia de los 15 años, y con la extraña consigna de que si ella a mi me gustaba, con toda seguridad yo le gustaría a ella. Y lo aposte todo.
Una tarde a finales de Noviembre, con un kilo de plastigel en el pelo y apestando a "Old Spice" decidí "a lo macho" ir a buscar a mi dama. No omitiré comentar que también había comprado un conejo de peluche. - 
Llegué a su casa. Su mamá me saludo y  con cara de -ah pecadito- me dijo:
Sí, ella esta...con su novio.
Trágame tierra. Yo lo tome de la mas tranquilo, solamente tenia ganas de matar al noviesucho omnipresente y desconocido.
No recuerdo que dije, solo recuerdo el regreso a casa con el regalo, y como nadie sabe para quien trabaja, ese conejo de peluche me sirvió meses después y con rotundo éxito.
Después de esa vez, no volví a verla o hablar con ella...hasta anoche.
Uno se vuelve un espectador pasivo de las personas que encuentra en facebook, hay que ser asertivo y caballero, en tiempos en que ser cortes se puede interpretar como "echar el ruco"
Anoche la salude y hable con ella. No sabia nada de la historia, Nos reímos. Casi fuimos de nuevos los amigos de la 9-2 alla por 1985. Me tomó 30 años contarle la historia. Ahí estaban otras vez sus risas, no las escuché pero se que ahí estaban.


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